martes, julio 28, 2009

20 de julio

Mi amigo es un cadáver
Quienes lo conocen no se espantan
cuando se cruzan por las calles con su consumido
rostro
su sonrisa sin dientes
o al estrechar sus manos
negras quemadas con la
tierra sucia de la pipa.

Muerto en vida y sin preocupaciones
celebra junto con otros cadáveres
escondiéndose de aquellos que apestan a vida
beben hasta el hartazgo
fumando cantando
con la perdida mirada.

Duermen de vez en cuando o
casi nunca
jamás almuerzan y parecen
haber olvidado la última cena.

La otra noche sintió temor
Una gota recorrió su mejilla
pero por suerte no fue lágrima.

Alguien le había advertido.
Y en aquel rincón del cuarto
se dio cuenta
que era su último rastro de sudor
de agua salada
ese cuerpo
no le pertenecía.